Escritor: Fausto Prudenci Cuela
Huancayo, 05 de Enero del 2010 .- Por lo general, cuando escribo la columna ambiental lo hago con un espíritu de reflexión, autocrítica y con propuestas técnicas y políticas que ayuden a solucionar problemas sencillos y otros álgidos; lamentablemente, ahora seré más duro con mis expresiones, porque el 2009 fue otro año perdido.
Ya pasaron 36 meses desde que los alcaldes y presidentes de los gobiernos regionales en la zona centro del país tomaron las riendas de sus pueblos. Llevado a cifras esto representa 156 semanas, 1 095 días, 25 920 horas y miles de soles invertidos o mal conducidos. En esa telaraña de caos socio ambiental se hallan responsables públicos, políticos, miembros de la sociedad civil y la ciudadanía en general, por lo que es inevitable dejar de citar nombres o cargos que por su investidura tienen mayor cuota de responsabilidad.
A nivel del Gobierno Regional de Junín los jalamos, tuvieron gerentes, asesores y consejeros de gabinete, son teóricos aunque con buenas intenciones (sabiendo que el infierno está lleno de personas con buenas intenciones). El presidente Vladimiro Huaroc fue la mayor decepción política, se esperaba más de él pero defraudó, su gestión se caracterizó por ser "un municipio grande". A pesar de iniciar su campaña de forestar la margen derecha del río Mantaro, no estuvo a la altura de las circunstancias.
El alcalde de Huancayo fue otro caso, mal utilizó el término "sostenible" y ejecutó obras de mingüe impacto, su fracaso en la gestión de residuos sólidos lo reduce a la compra de unas máquinas procesadoras de la basura acompañadas de una pésima capacidad de negociación con el concesionario, el ornato y desarrollo urbano son patéticos, el ruido, la publicidad, el agua y desagüe, la calidad del aire, del suelo, de las áreas naturales protegidas, son ejemplos de la pobre gestión que hizo.
El alcalde de El Tambo es otro caso clínico, su gestión se ciñó a "cantinflear" a los vecinos, basta con ver la fachada del Palacio Municipal para saber el concepto de urbanismo que le quiere impregnar a un distrito próspero y pujante. Calles sucias, afiches y paneles monumentales pegados por todos lugar (empezando con su propia publicidad), áreas verdes descuidadas, escases de agua y desagüe, eventos escolares para la foto del día, y la lista continua, sin contar con la capacidad "bomberil" que tiene para mitigar el tema de la basura.
Mejor no seguimos con los alcaldes de Chilca, Concepción, Jauja, Chupaca, La Oroya, Tarma, La Merced, Satipo, Junín, así como los distritos que la conforman. Ni que decir de las regiones de Huancavelica (por cierto, ¿qué saben de "pico"?), Huánuco, Pasco y Ayacucho que decepcionaron, entre otras cosas, en los temas ambientales.
Díganme entonces, ¿esto no es una gran estafa social?, dijeron y prometieron, pero a la hora de la verdad nada. Pero no todo es malo para la ciudadanía, porque la buena noticia es que sólo les queda 361 días para que se vayan a su casa, así que esperaremos con ansias ese momento.
Fuente: Diario Correo Huancayo.