Lima, 29 de dicimbre del 2009 - Hasta en siete veces se incrementa la contaminación del aire por la quema de muñecos durante Año Nuevo, lo cual constituye una amenaza para la salud pública, sobre todo contra quienes sufren de enfermedades respiratorias, señaló hoy la Dirección General de Salud Ambiental (Digesa), al pedir a la población erradicar esta práctica con la que se acostumbra despedir el año viejo.
El representante del Área de Vigilancia y Calidad del Aire de Digesa, Eusebio Robles, refirió que según las mediciones realizadas a lo largo del año, el promedio de partículas contaminantes es de 100 microgramos por metro cúbico de aire, pero cuando se quema los tradicionales muñecos, las emisiones aumentan la concentración hasta los 700 microgramos por metro cúbico. Los muñecos que se suelen quemar en Año Nuevo están hechos de tela (que puede ser de algodón, lana, fibras sintéticas, entre otros), cartón, plástico, alambre, caucho, madera, y otros materiales en desuso y que en muchos casos se acompaña con pirotécnicos.
A ello se suma el hecho que muchas personas acostumbran colocar el muñeco en la pista, la cual lleva una capa asfáltica que es un derivado del petróleo y que se suma a los materiales contaminantes del aire. El especialista explicó que al producirse la combustión de estos materiales se generan sustancias contaminantes como monóxido de carbono, nitrógeno, vapor de azufre, entre otros gases y partículas con tamaño menor a las 10 micras, las cuales se suspenden con facilidad en el aire y son absorbidas con rapidez por las personas.
El experto dijo que si bien los primeros afectados con estas emanaciones contaminantes son las personas que están cerca del muñeco incinerado, el radio de acción contaminante es muy amplio dado que el viento puede trasladar con facilidad las partículas nocivas hacia distancias lejanas al lugar de la quema del muñeco.
Irrita fosas nasales y vías respiratorias
Las personas que entran en contacto directo o indirecto con estas micropartículas y gases contaminantes pueden sufrir de irritación a las fosas nasales y otras vías respiratorias –agudizándose los casos de asma, por ejemplo-, así como irritación de la vista, que es igual de vulnerable a estas sustancias nocivas. Al daño que de por sí produce la incineración de muñecos para el organismo, existe el riesgo de producirse quemaduras por exposición al fuego, y se incrementa la posibilidad de incendios por la presencia de materiales inflamables en la elaboración de los muñecos.
Robles hizo un llamado a las autoridades municipales para que establezcan medidas preventivas como la prohibición de esta práctica, pero también a la población para que reflexione y vea que existe mucho perjuicio a la salud personal y pública si se queman muñecos. Consideró que las buenas prácticas deben partir desde el hogar, donde tanto los padres de familia como sus hijos deben conversar al respecto y reflexionar sobre el inmenso daño al aire y al propio organismo que provoca quemar un muñeco. “Si queremos una ciudad saludable, empecemos por desterrar esta mala costumbre que sólo ocasiona daños a la salud personal y ambiental. Hagamos todos los esfuerzos posibles por recibir un año nuevo con aire más limpio”, expresó.
Fuente: ANDINA.